Sólo por un momento… soñemos que soñamos

Siento una sensación tan deliciosa… un dulce dolor ante la posibilidad de que me escuches, de que me leas, y esa adrenalina que recorre mi cuerpo al pensar que ahí estás, que no te has ido del todo, ahí estas.

Toma mi mano y no la sueltes. No, por ahora quédate. Hazme compañía tan sólo mientras ordeno mis ideas.

Este blog comenzó con la única finalidad de pasar el rato. Después de un tiempo desapareció, dejando en el olvido la idea a causa de una turbación sin sentido y arraigada por discursos vacíos.

Pero no importa, regresó y se materializó. No prometo mucho, mas bien no prometo nada, sólo compañía. El camino podrá ser largo, pero ¿qué podemos hacer cuando nos damos cuenta que la vida nos rebasa y que al mismo tiempo la rebasamos a ella? Cuando somos parte del todo y nos damos cuenta que en realidad no somos nada… cuando simplemente somos esclavos de un efímero deseo, de la carnalidad del deseo, de la espontaneidad del deseo, de la dulzura y la amargura del deseo.


Cierra ya los ojos, sólo por un momento soñemos que soñamos.