A veces, de noche, cuando me persiguen los espectros de un pasado inconcluso, se desdoblan las quimeras, se escapan los sueños y los recuerdos, a manera de ágora, deciden el propio destino.
A veces, de noche, el frío viento de invierno despierta la bruma de la conciencia.
A veces, de noche, con la mirada extraviada en una estrella distante, a penas visible, concibo el aliento de un suspiro que cuenta historias de atesoradas ausencias. ¿Y no prometen en sus breves gritos un bien que acaso el corazón ignora y tal vez adivina, si oyendo, se estremece? Si al caer las hojas en las frías noches de invierno, llegase un peregrino pensamiento a despertar en ella, ella, humildes sollozos; y yo siendo única testigo de aquellas lágrimas desesperadas, de ella que humilde jadea, de ella que humilde avanzaba, me fundiese con esa alma moribunda, entonces, empedernidamente pondría atención a las conversaciones que fuerzan la saudade.
Otrora, de noche, hubiese imaginado los ojos tristes de aquel que me bebió el alma entre besos. Una frase perdida. Ilusión evaporada. Dos frases perdidas.
A veces, de noche, llamándote bajito -casi al oído- convoco a lo perdido.
A veces, de noche… el desánimo y la resurrección.
A veces, de noche, el frío viento de invierno despierta la bruma de la conciencia.
A veces, de noche, con la mirada extraviada en una estrella distante, a penas visible, concibo el aliento de un suspiro que cuenta historias de atesoradas ausencias. ¿Y no prometen en sus breves gritos un bien que acaso el corazón ignora y tal vez adivina, si oyendo, se estremece? Si al caer las hojas en las frías noches de invierno, llegase un peregrino pensamiento a despertar en ella, ella, humildes sollozos; y yo siendo única testigo de aquellas lágrimas desesperadas, de ella que humilde jadea, de ella que humilde avanzaba, me fundiese con esa alma moribunda, entonces, empedernidamente pondría atención a las conversaciones que fuerzan la saudade.
Otrora, de noche, hubiese imaginado los ojos tristes de aquel que me bebió el alma entre besos. Una frase perdida. Ilusión evaporada. Dos frases perdidas.
A veces, de noche, llamándote bajito -casi al oído- convoco a lo perdido.
A veces, de noche… el desánimo y la resurrección.