aburrida. Sin saberlo, su huella se endurece cada día. Luego, con los años,
vuelven las mismas luchas de entonces, pero ya nada es como al principio;
vuelven la ingenuidad y el desafío, pero menos sísmicos.
Los corazones se enquistan.
Más tarde, tus vástagos serán tú y el ciclo, perenne, continuará para
siempre...
Desamor genético y generacional... "
ANDER DUQUE (Director del Corto)
7 comentarios:
ahhhh eso sabe a dolorosa verdad...
¡Aahh! El primer amor...
el primer amor siempre te rompe el corazón...
Pues muy interesante post. Se me ocurren un par de ideas, en esta dominical mañana.
El primer aspecto que me llama la atención son las palabras con las que comienza el post: “El primer desamor se arrastra dentro, y ahí pernocta”. Vaya que sí se arrastra, aunque no sé sí para mal. Creo que es una experiencia de la que hay que aprender.
Los niños, maravillosos. El sentir de una persona que por primera vez se entrega sinceramente, es muy similar al sentimiento de un niño. Los niños no se protegen, son lo que son espontáneamente. El amor sincero es lo que más nos asemeja a un niño, pues se muestra como es sin protección. El primer desamor por eso es doloroso, porque su expresión se demuestra sin ninguna protección. Por tanto el desaire de esa primera entrega es tan doloroso que nos enseña a protegernos, a calcular. Ese quiste del que habla nuestro director es la barrera lógica ante tal dolor. Sin embargo, como todo en esta vida, y eso es lo que pienso, hay que aprender a caer, para poder correr. El quiste de ese primer desamor puede ser dañino o benéfico: es cuestión de asimilación personal.
¡Caray! Qué triste, tanto desamor... hasta me dolió mi pequeño corazoncito de Grinch.
Desamor genético y generacional ideed...
que fuerte!
la importancia de mi comentario no radica tanto en el contenido, sino en qué post está puesto..... auch!
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