domingo, 9 de diciembre de 2007

Conversaciones de mediodía

Ella dice:
Ayer me entere de algo harto chistoso

Ella dice:
¡Rimbaud dejó de escribir a los 19!

Ella dice:
¡aaah!

Ella dice:
Esas cosas me hacen sentir... mal

Ella dice:
jajaja

Ella dice:
Mozart se murió a los 25...

Ella dice:
¿Qué he hecho yo?

Él dice:
jajajajajajajajajajaja

Él dice:
Qué he hecho yo, más bien

Él dice:
Bueno, pues el caso de Rimbaud es atípico

Él dice:
La palabra fue tan fuerte en él que terminó por reducirlo a cenizas

Él dice:
Aunque hizo cosas hermosas, eso sí

Él dice:
Aunque hay otros casos de personas que escriben ya muy grandes,

Ella dice:
Bueno, eso sí

Él dice:
realmente, la edad no importa mucho, creo

Él dice:
Mírame, ya estoy viejo yo, y todavía intento

Él dice:
El problema es lograr que las palabras naveguen con fortuna los mares muertos, y puedan contactar en la otra orilla a los receptores

Él dice:
Aunque ya casi toda palabra se hunde sin remedio

Ella dice:
Es la sociedad

Ella dice:
Es la sociedá

Él dice:
jajajajajajajaja

Él dice:
Tú crees?

Ella dice:
sip

Él dice:
Puede que sea la sociedad, mijita

Él dice:
Aunque a veces creo que es nuestra propia incapacidad ya de comunicarnos lo que hunde a nuestras palabras

Él dice:
Esa incapacidad de abordar lo esencial, esto es, la épica

Él dice:
Llegamos a un punto en dónde dijimos: "ya nada se puede decir, ya se dijo todo, ahora todo es una mise en abisme, una puesta en abismo, el lenguaje ha llegado a sus limites"

Él dice:
Esa fue una propia trampa del artista

Él, dice:
El asunto es que muchos, sí, lograron sacarle jugo a la idea del final del lenguaje, y de la imposibilidad de decir algo: Beckett, Vila-Matas, Leminski

Él dice:
Pero los que han seguido y los que los imitan y los toman por modelo, se regodean en la idea de que ya nada se puede decir, en un tonto spleen de la imposibilidad de decir nada, del bloqueo, de la anulación de la palabra misma, de la derrota puesta de antemano sobre la mesa

Él dice:
Eso lo veo mucho en la narravita española de hoy, y en la inglesa

Él dice:
y pfff, así es como se nos van hundiendo las palabras en el mar muerto... si no se logra decir: esta palabra va y llega a la otra orilla, si no se tiene la voluntad, entonces no le queda más remedio que hundirse

Él dice:
Bueno, pero quizá no sea así como digo, quizá no sea así =)

6 comentarios:

phe dijo...

conversacion de msn?
intensa... no tengo mas q decir

Unknown dijo...

vaya, que conversaciones tan elevadas...

Anónimo dijo...

Yo ya tomé un respiro profundo para cuando se hunda el bote...

Anónimo dijo...

a mí él me cayó sinceramente mal. Creo que no tiene idea de lo que dice, además de que su dicción pésima: mi madre habla mejor que él, y eso que nacío en un pueblo perdido de Guerrero. Además, es muy alarmista, no? Cómo que las cosas no pasan como él dice. pobre, pobre él. le recomiendo más sexo y menos Lipovestki. En cambio, un besote enormote para ella, chulada de nena!

Emmanuel dijo...

Mozart no se murió a los 25, sino a los 35, de hecho casi 36... en fin, ¿será la sociedad, o la zoociedad (fusílate a Quino)?
Supongo que, en efecto, muchos dicen lo que dicen con la premisa de que sus palabras nacen muertas, pero vamos! Hay mucho que vale la pena escuchar, y una sola frase que nos conmueva es signo de que no todo está perdido.
Dejo, pues, una que a mí me conmovió hace poco:
"El amor no es mirarse el uno al otro, es mirar juntos en la misma dirección". Antoine de Saint-Exupéry.

lilith dijo...

Sí, tienes toda la razón con lo de las edades. Supongo que tendré que poner un pie de página o simplemente que se metan aquí y se enteren.
Ya había escuchado esa frase y sinceramente me pareció hermosa.